viernes, 3 de enero de 2014

ADIÓS, POETA

...¿qué poemas nuevos fuiste a buscar? 
  
                                 (Alfonsina y el mar, de Félix Luna)



Discretamente, como era él, Alberto Villén nos ha dejado, huérfanos de su poesía y de su sonrisa. Afortunadamente, sus amigos tuvieron tiempo y acierto para decirle lo que significaba para ellos en aquel homenaje del 15 de diciembre de 2.012 en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Teruel. Aunque no asistí, tengo algunas referencias por amigos comunes que sí estuvieron (y que habían sido los que algún tiempo antes me habían presentado a Alberto), por eso me gustaría destacar del homenaje, la canción que compuso e interpretó su hijo Óscar Villén, Palabras retorcidas, en la que lo llama "orfebre del amor". Retomo el apelativo para componer mi humilde homenaje a Alberto Villén Pinilla:

Sin razón aparente, sin motivo,
con retazos de vida recordada,
preso en la inspiración y de la nada
invento la ilusión en la que vivo.

Encerrado en el alma que describo,
sitiado en una vida silenciada,
guardián de la palabra no exclamada
ni puesta en un papel, yo sobrevivo.

Cautivo de un antojo que me quema,
lo esculpo a la manera de poema,
renaciendo a un destino libre, incierto.

Ha callado tu voz, y todavía
reverbera un rumor de tu poesía,
orfebre del amor, por siempre, Alberto.

LdP

El poema está inspirado en una fugaz conversación sobre la poesía, que mantuve con Alberto el mismo día que nos conocimos. No hablé muchas más veces con él, pero fueron las justas para que naciera entre nosotros la estima y una complicidad latente en cada uno de nuestros encuentros.
Óscar, si lees esto, trasmite un abrazo de mi parte para ti y todos sus seres más allegados.