La poesía satírica siempre ha sido una de mis aficiones. Componerla y compartirla siempre me ha causado satisfacción y felicidad si he arrancado una sonrisa de quien me ha leído. La ironía, el sarcasmo, la sátira son armas de doble filo que pueden fácilmente volverse contra quien las utiliza. También pueden ser motivo de enojo para la persona satirizada. No es esa mi intención. No pretendo que esto vaya más allá que una crítica ácida a veces, pero inofensiva. Pero crítica al fin y al cabo.
Que conste que el que esto escribe, convivió en su cada vez más alejada infancia con algún que otro cachete que por causas fácilmente imaginables, mereció a juicio de quien le trajo al mundo y le procuraba, además de educación, sustento, cobijo y protección. Y no me considero más tonto por eso. Con la perspectiva de la distancia, doy gracias a Dios porque, a pesar de eso, no me separaron de mi padre, al que recuerdo más por sus enseñanzas, que me procuró cuantas pudo, que por sus azotes, de los que también aprendí algo. Que una niña haya sido separada de su madre durante dos años largos por un par de cachetes, que a lo mejor le dolieron más a la madre que a la hija, me parece una aberración, que me lleva a preguntarme si la sentencia judicial que condenaba a esa madre al alejamiento de su hija no habrá sido un maltrato para la niña mucho mayor que los cachetes. Curiosas leyes, que permiten matar al inocente dentro del sagrado claustro materno si no tiene más de 14 semanas, pero no permiten ni tocarlo cuando el sentido común aconseja reprenderlos por alguna fea acción. Y que nadie se rasgue las vestiduras ni me acuse de defender a ultranza el castigo físico a los niños. No es lo mismo un bofetón a tiempo que un maltrato desproporcionado, que en caso de detectarlo, yo también lo denunciaría. Ya he apelado al sentido común. P.D.: Seguramente, esta pobre mujer nunca dio ningún cachete a su hijo.
Petulante mozalbete de adolescencia compleja, si la razón aconseja propinarte algún cachete
o una torta en el moflete, aprende la moraleja que viene tras la colleja sin montar ningún sainete.
¿Son de verdad tus abuelos, los que arman tales revuelos?, ¿son los padres de tu padre?
Falaz y cruel desacato, es condenarte al maltrato de privarte de tu madre.
He titulado esta entrada con la famosa frase de Vujadin Boskov, pronunciada cuando entrenaba al Zaragoza, que se ha convertido en uno de los tópicos más recurrentes para significar la singularidad de este deporte y que quizá fue pronunciada debido al escaso dominio del castellano por parte del entrenador serbio. La expectación levantada por los cuatro enfrentamientos Madrid-Barça de este mes, donde se ha visto de todo, pero sobre todo polémica arbitral, cruce de declaraciones entre los entrenadores, expulsiones, agresiones..., quizá demuestra una vez más que Boskov tenía razón, o dicho de otra manera, ésto sólo ocurre en el fútbol.
Mis juicios y opiniones callaré por no ofender a gente recelosa bastante complicada está la cosa en todo este sector del balompié.
Deporte de la fama y el caché, con mitos de destreza fabulosa, que logran la victoria más honrosa sólo con acertar un puntapié.
Ejercicio de lucha sin cuartel, con sentencias a toque de silbato, deporte que corona con laurel
alguna frente hueca de niñato, imperio en el que triunfa Lionel, aunque otros piensen que es un “villarato”.
Otro ejemplo más para redundar sobre el mismo tema de la entrada del pasado 13 de abril que titulé "Aún hay clases". En su Twitter, el PSOE de Écija justifica los mangoneos de los ERES andaluces porque "a nadie le importan las cuatro perras de los ERES", sin embargo, la corrupción de los otros sí que es importante. La acusación preferida de los niños: "y tú más". Gran altura moral, como se puede ver.
Nunca su nombre mancilla el rata que haciendo el pillo sólo se llena el bolsillo trincando por la patilla el cambio y la calderilla, si con poco se mantiene, y alguna vez se entretiene con algo de mangoneo, a él no le sienta muy feo, (lo lleva en el ADN).
En uno de sus atractivos retos, nos proponía hace unos días Monsieur de Sans Foy en sus Zapaterías Rimadas, que imaginásemos la historia del criado portugués del poema Cena jocosa de Baltasar de Alcázar. Esta es mi contribución a su propuesta. Si no la he publicado antes es por culpa de cierta indisposición que me produjo la cena del pasado martes.
En Jaén, donde resido, vive don Lope de Sosa, y direte, Inés, la cosa, más brava de él que has oído.
Tenía este caballero un criado portugués... Pero cenemos, Inés, si te parece, primero.
Llena de vino mi copa y brindemos al momento que yo te narro este cuento mientras comemos la sopa.
No fue una malaventura como se verá después, el caso es que al portugués le atacó una calentura.
Y Don Lope, muy correcto, lo llevó al galeno, Inés, pues tenía al portugués alta estima y gran afecto.
El de Sosa conocía a un médico de gran tino, pero acerca, Inés, el vino que mi copa está vacía.
¡Qué gran vino de crianza este caldo ampurdanés! Volvamos al portugués que me divierte la chanza.
Y déjame que te diga que tenía la criatura, además de calentura, un gran dolor de barriga.
No pintaba nada bueno el cuadro que presentó, pero al final confesó a preguntas del galeno,
que estando solo en la casa cierto desdichado día a la gula sucumbía que es algo que a veces pasa,
y aprovechó la ocasión, para atacar la despensa y con avidez inmensa la emprendió con el jamón.
Y, según cuenta mi abuelo, y no dudo que es verdad, eran de gran calidad, de Jabugo y de Guijuelo.
¿Y sabéis qué es lo que hizo al acabarse el jamón? Puso sitio al salchichón, la morcilla y el chorizo.
Longanizas y cecina, a todas les hincó el diente y a todo aquel ingrediente que frecuenta la cocina.
Albaricoques de arrope, naranjas, peras, sandía y cuantos postres tenía la despensa de Don Lope.
Y con esto acaba, Inés
la historia de aquel muchacho.
Corto y triste, como ves,
el cuento del portugués
que reventó de un empacho.
Siguiendo con mi costumbre de enlazar dos noticias en la misma entrada, me encuentro con que a la actriz Gwyneth Paltrow no le gusta su trasero y se esfuerza por moldearlo a su gusto y que la recientemente galardonada con el Óscar a la mejor actriz por su interpretación en Cisne Negro, Natalie Portman, no es la que nada desnuda en una de sus películas porque fue doblada por una estudiante irlandesa. El doblaje en el cine es una muy socorrida solución.
Con gesto grave y profundo, la Paltrow ha confesado que tiene el culo cuadrado como sabe todo el mundo, no tiene un culo rotundo, y con decidido empeño dice perseguir un sueño que anhela como mujer, que no es otro que tener un trasero de diseño.
Lo que le obliga al suplicio de la gimnasia y la dieta y a tener la “pandereta” en incesante ejercicio, mas si tiene por oficio el arte del disimulo, por solución estipulo, una propuesta muy clara: ella, que ponga la cara y una doble ponga el culo.
Este soneto de hoy, empecé a componerlo para publicarlo en los comentarios de la entrada PERCEBES del blog EL RINCÓN DE TANNHÄUSER. Pero, por razones que no vienen a cuento, estoy un poco espeso estos días y los proyectos se me resisten más de lo habitual. Lo siento, amigo Tann, para compensarle, esta entrada se la dedico.
Admito que su aspecto no conmueve, no impacta su elegancia ni atractivo, pero tienen sabor muy adictivo si se guisan o cuecen cual se debe.
Gustan mucho a patricios y a la plebe en cenas, resopón o aperitivo, mas mírense un capricho alternativo cuando suban los precios del percebe.
Pero antes de rendir cuentas al fisco conviene degustar un buen marisco al amparo de amigos o en familia
y engañando a mis cuentas, ya maltrechas me doy a la locura en estas fechas, que en Cuaresma, me excusa la vigilia.
En la entrada del pasado martes, afirmaba yo que los gazapos en prensa no son cosa extraña. Me ratifico. Leyendo este titular de La Razón Digital, parece que el "novio" de Elsa Pataky y su marido no son la misma persona. Parece que sí, y también parece incomprensible el desliz de los redactores.
Guapo, rubio y aguerrido, australiano mocetón que de uno al otro renglón pasas de novio a marido, a mi memoria has traído una historia parecida: en mi pueblo, una "salida" que acababa de enviudar, tardó un segundo en pasar de viuda a comprometida.
Estas declaraciones en boca del secretario de organización del PSOE, me recuerdan la famosa excusa de los niños: "y tú más". No comparen por favor, no es lo mismo un sinvergüenza en mis listas electorales que en las del otro. Aún hay clases. Ellos roban con violencia, nosotros, con anestesia.
Palabra de Marcelino: -Los trincones socialistas
que completan nuestras listas
son ladrones de caché,
no confundan con los otros,
despreciables descuideros,
falsos e indignos rateros
que abundan en el PP.
De tramposos carteristas,
ladrones eventuales,
las listas electorales
tienen su tanto por cien.
Mientras dura la campaña
son rectos y comedidos
y tras salir elegidos,
que ustedes lo roben bien.
Cualquier astuto trilero,
candidato o candidata,
mete la mano y la pata
con desmesurado afán,
y en las filas del partido
será mejor candidato
quien más disculpe al chivato
del asunto del faisán.
Discrepo de Marcelino, tengo fundadas sospechas que en izquierdas y en derechas poco hay que diferenciar. Tanto de uno u otro lado, el sinvergüenza en España suele aplicarse con maña en el arte de afanar.
Los gazapos en la prensa no son cosa rara, y hay veces que en el mismo se aprecian claramente las intenciones del redactor. Este titular de El País de hoy lo he buscado en la edición digital, pero allí no lo he encontrado. Corregir los errores es una de las ventajas de las ediciones virtuales que no gozan las ediciones impresas. La afirmación de este titular se rebate a sí misma. Si antes de ser juzgados se llama directamente corruptos a los imputados es porque ya se ha dictado una sentencia condenatoria, con lo cual se contradice la propia afirmación, igual que la conocida paradoja "Esta frase es mentira".
Vuestra pasión por juzgar es muy grande, se me antoja que hay aquí una paradoja. ¡Cómo habéis podido obviar "presuntos" al redactar! Es un caso de imprudencia o fatal incompetencia que merece de exabruptos, porque al llamarlos "corruptos" ya habéis dictado sentencia.
Justin Bieber: un niñato "soberbio y maleducado". La lectura de este titular me ha recordado la magistral película de Billy Wilder que aquí en España se estrenó con el título de El crepúsculo de los dioses. Para la gran industria del espectáculo no es difícil fabricar ídolos de barro a los que exprimir durante el tiempo que dura el tirón entre los seguidores a los cuales va dirigido. Ha ocurrido otras veces (Hannah Montana...). Como a cada cerdo le llega su San Martín, todos estos "dioses" tienen su crepúsculo, y cada vez, el sol se pone más temprano.
¿Qué esperabais, Dios clemente? ¿Un candidato al Nobel, todo en seda y oropel, o un soberbio adolescente? Por su actitud displicente y su insolencia, presumo que viene a vendernos humo repitiendo sus clichés, porque Justin Bieber es un producto de consumo.
La idea de esta entrada me la ha sugerido mi nuevo amigo Gulliver, que en su comentario del anterior post, nos recordaba que no había que olvidarse de la fregona como un gran invento español. Y tiene razón. Fue su inventor el ingeniero aeronáutico riojano Manuel Jalón Corominas, aunque parece que el nombre fue idea del primer vendedor Enrique Falcón. Desconozco si, como ocurre con el botijo, alguien le ha rimado algún poema a la fregona. En cualquier caso, esta es mi humilde contribución y homenaje al inventor.
Redención de riñones y joroba, invento natural, simple y conciso, capaz de capturar del suelo liso el polvo del salón o de la alcoba.
No has de pasar más tiempo sin tu trova y a volapié estos versos te improviso, bendito el inventor que acercó el piso copiando el mecanismo de la escoba.
Ingeniosa y barata, la fregona, un invento muy simple que funciona y alivia las molestias del trabajo.
Celébrese y alábese a destajo que un día le pusiera una persona al extremo de un palo, un estropajo.
La lectura de este titular me hirió el amor propio hispano (porque entre la rueda y el móvil debería figurar el botijo como un gran invento de la humanidad) y me recordó este soneto que aparece en la zarzuela Agua, azucarillos y aguardiente, cuyo libreto escribió Miguel Ramos Carrión. En realidad el soneto no tiene nada que ver con la trama de la zarzuela, pero el libreto exige que durante un cambio de decorado, caiga un telón y junto a una pintura alegórica al botijo, se pueda leer este soneto. La música de esta zarzuela, estrenada en Madrid en 1.897, es del gran Federico Chueca.
Desprecio del Japón o de la China el grandioso tibor de porcelana, el vaso etrusco, el ánfora romana y la tinaja griega o damasquina.
Te canto a ti, que el agua cristalina sabes frigorizar sin pompa vana, expuesto en el balcón o en la ventana a los besos del aura vespertina.
Cuando mi boca en ti, bello cacharro, busca ardorosa el abundante chorro y con mis manos cálidas te agarro,
siempre encuentro, propicio a mi socorro, el caudal que refrescas en tu barro y que brota sutil por tu pitorro.
Dicen que el origen de esta crisis mundial la han provocado ciertas prácticas financieras y puede que sea verdad, pero lo que está claro es que ganar, siempre ganan los mismos, y perder, siempre pierden los de siempre.
Rentable es el negocio de la banca, su objeto principal, ganar dinero, mas cuántos por fiarse de un banquero han perdido el caudal, y están sin blanca.
Te hechizan con su labia y su retranca, te embaucan con su gracia y su salero, ladino es el sistema financiero, su ciencia no se aprende en Salamanca.
Recomiendan consejos ancestrales guardar a buen recaudo los caudales ocultos en colchón o en calcetín.
A mí no es que me inspiren gran confianza, cuando en crisis, o en tiempos de bonanza, se exhiben presumiendo de "botín".