En fecha tan fronteriza,
diciembre se despedaza,
porque enero lo desplaza
con lógica escurridiza.
Año viejo que agoniza
y muere, según parece,
que a todo el que lo merece
traiga el nuevo paz y goce
y al que le fue mal el doce:
FELIZ AÑO DOS MIL TRECE.
LdP