De todos los sitios donde se puede guardar un libro, nunca se me había ocurrido éste, y mucho menos una Biblia. La lectura de esta noticia y la décima que se me ha ocurrido para festejarla, me ha hecho recordar aquella otra que se publicó en el libro Limpieza de sangre de Arturo Pérez-Reverte, segundo volumen de las aventuras de Diego Alatriste:
DEL CONDE DE GVADALMEDINA
A CIERTO CLÉRIGO SOLICITANTE
MVY APLAVDIDO EN LA CORTE
A vos, que no reverendo,
sino verriondo padre,
no hay beata que no os cuadre
y a que no os holguéis jodiendo;
vuestro hisopo, a lo que entiendo,
debe de hallarse escocido
de andar por doquiera hundido
y de ir de continuo arrecho,
pues no hay coño, por estrecho,
al que ho haya bendecido.
Quizá yo haya pensado, en mi subconsciente, que lo que la moza de la noticia creía que era una Biblia, era en realidad otra cosa, y de ahí la siguiente décima dialogada:
-No pases apuro, hermana,
que consuelo te daré
y te encenderé la fe
sobre este colchón de lana.
Eres joven y lozana,
inexperta y virtuosa.
Abre tu cuerpo y reposa.
-Ya siento el catolicismo,
¿me ha metido el catecismo?
-No, mujer, que es otra cosa.
LdP