Observo con preocupación las maniobras diarias de mi amigo y admirado Fray Josepho en twitter y me sorprende ver las discusiones en las que se inmiscuye con osados interlocutores que le replican opiniones con escasos argumentos y reprobables formas. Paciente como es él, las responde a todas, a pesar de que, como la ignorancia es la madre del atrevimiento, su prójimo comunicante no tenga inconveniente en poner de manifiesto su evidente ignorancia y osado semianalfabetismo.
Yo estoy preocupado por su salud, pues me han llegado por vías no confesables los resultados de sus últimos análisis y me temo que si esto sigue así, nos quedamos sin papado.
Fray, si pretende continuar deteriorando su salud de esta manera, dígamelo y me pongo de inmediato a hacer campaña por el cura de mi pueblo.
Está
el colesterol fuera de punto,
(el
malo en alza y en descenso el bueno),
si
quiere mi opinión como galeno,
usted
es un preludio de difunto.
Su
cuerpo es un despojo en su conjunto,
mandarle
una terapia, ya es obsceno,
pues
tiene el corazón y el duodeno
al
borde del colapso, lo barrunto.
Deponga
su actitud, fraile insensato,
desista de este empeño o, de inmediato,
lo
veo entre seis cirios y en la caja.
Me
cuentan que ya existe algún canalla
que
viene preguntando por su talla
(Sans
Foy le está cosiendo la mortaja).