Escríbeme un soneto con mensaje,
me ordena con pasión la musa Erato,
y yo con sumisión dedico un rato
complaciendo a tan magno personaje.
A ver qué pongo aquí para que encaje
sin tocar de la estrofa su formato,
acabo este cuarteto de inmediato
si no se me desmonta el andamiaje.
Sólo quedan seis versos y no veo
por dónde he de colar la moraleja,
que se haga de rogar parece extraño.
Éste es el verso doce, según creo,
me espera una animada Nochevieja
y ya no queda tiempo: ¡Feliz año!