La poesía satírica siempre ha sido una de mis aficiones. Componerla y compartirla siempre me ha causado satisfacción y felicidad si he arrancado una sonrisa de quien me ha leído. La ironía, el sarcasmo, la sátira son armas de doble filo que pueden fácilmente volverse contra quien las utiliza. También pueden ser motivo de enojo para la persona satirizada. No es esa mi intención. No pretendo que esto vaya más allá que una crítica ácida a veces, pero inofensiva. Pero crítica al fin y al cabo.
miércoles, 26 de abril de 2017
LA VERDADERA ESTACA
Azote del funcionario,
aprendiz de comisario,
culpable de contumelia,
yo creí que era Macario
pero era Doña Rogelia.
LdP
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