Hay noticias que divierten, otras que sorprenden, otras asustan y otras indignan. Estas últimas son las que me dejan peor cuerpo. Para glosar la que nos ocupa, me ha salido esto y creo que me quedo corto.
Les juro, vive Dios, que no me extraña
lo que hacen esos monos de la peña,
lo lógico es andar siempre a la greña
con los hijos bastardos de Bretaña.
Exhiben con orgullo su calaña,
su modo de actuar, su santo y seña,
odiando sin razón y dando leña
a todo lo que evoque o huela a España.
Veteranos piratas de rapiña,
no es extraño que os huyan cual la tiña
cuando viles mostráis vuestra ponzoña.
De lo más despreciable, carne y uña,
no saquéis de la roca la pezuña
que a España no le gusta la carroña.
LdP
La poesía satírica siempre ha sido una de mis aficiones. Componerla y compartirla siempre me ha causado satisfacción y felicidad si he arrancado una sonrisa de quien me ha leído. La ironía, el sarcasmo, la sátira son armas de doble filo que pueden fácilmente volverse contra quien las utiliza. También pueden ser motivo de enojo para la persona satirizada. No es esa mi intención. No pretendo que esto vaya más allá que una crítica ácida a veces, pero inofensiva. Pero crítica al fin y al cabo.
3 comentarios:
Pues sí, aunque inspirado y brillante, se ha quedado usted corto a la hora de calificar a esos hijos de la puta Unión Jack, pero celebro leerle, porque llevaba desaparecido un rato largo y yo al menos, le echaba de idem.
Dicen los ingleses que mientras quede un solo mono en Gibraltar, Gibraltar seguirá siendo colonia inglesa. Es posible que en Gibraltar queden pocos monos pero en España sobran. No han de temer por tanto los ingleses que desaparezcan los monos de la Roca, los nuestros nunca les disputarán el territorio.
Un abrazo.
Me alegro de volver a visitarle, Love de Pega.
Es gente de mala entraña
la gente gibraltareña,
que, envolviéndose en la enseña
del Reino Unido, con maña
han juntado una montaña
de sucio parné, que preña
su alma y la algecireña
bahía de insania huraña.
Es gente como la niña
que siempre, mimada y ñoña,
sin motivo refunfuña;
es gente adicta a la riña
y en quien sin cesar retoña
la ruindad en que se acuña.
Katakrok.
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