No estoy seguro de si lo de este hombre es un don o un castigo.
Parece carabina o escopeta,
puede ser cualquier cosa y no me fío,
sospecho del tamaño y este tío
allí puede esconder su arma secreta.
Más que de lo que lleva en la maleta,
sospecho de ese bulto o atavío,
cachéalo y sin más palabrerío
que enseñe lo que guarda en la bragueta.
Pero no era trabuco ni fusil,
más bien era un torpedo o un misil.
Que de sus arrebatos, Dios nos libre.
Sorpresa y estupor de pasajeros,
mi abuelo, que era cabo de artilleros
nunca viera un cañón de tal calibre.
LdP
La poesía satírica siempre ha sido una de mis aficiones. Componerla y compartirla siempre me ha causado satisfacción y felicidad si he arrancado una sonrisa de quien me ha leído. La ironía, el sarcasmo, la sátira son armas de doble filo que pueden fácilmente volverse contra quien las utiliza. También pueden ser motivo de enojo para la persona satirizada. No es esa mi intención. No pretendo que esto vaya más allá que una crítica ácida a veces, pero inofensiva. Pero crítica al fin y al cabo.
3 comentarios:
Al contemplar semejante bulto me viene una canción a la memoria:
"ay, qué dolor, que dolor....
Se cantaban muchas canciones obscenas en mi pueblo cuando los quintos estaban a punto de entrar en filas, una de ellas decía así:
Mi abuelo tenía un trabuco
con pelos en la culata
y, a la pobre de mi abuela
por poquito si la mata.
Rataplan, la versión de la copla, a la que usted se refiere, que yo conocía, o por lo menos la que se cantaba en mi pueblo era:
Mi abuelo tiene un trabuco
con pelos en la culata
y a la pobre de mi abuela
a trabucazos la mata.
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