SIN TI NO SOY NADA

Donde reina la mediocridad, cualquier atisbo de ¿ingenio? se celebra con algarabía. El sabio cita a los clásicos, el vulgo, refranes y otros se conforman con títulos de canciones recientes más o menos conocidas. Esto es lo que hay, y eso que Don Alfredo, por edad, no es víctima de los planes educativos de su partido.


Mi querido Alfredo
Pérez Rubalcaba,
tú mismo lo has dicho
en cinco palabras,
tienes como siempre
la mente sembrada,
el ingenio a punto
y la lengua larga
y al torpe adversario
que sale de caza
y espanta faisanes
con grande algarada,
le has brindado un quiebro
de capa y espada
y has herido el pecho
con diestra estocada.
Mi querido Alfredo:
Sin ti no soy nada.

No caigas enfermo,
cuídate la espalda,
ponte una peluca
que cubra tu calva,
que no te salpiquen
rocío ni escarcha
que son muy traidores
por las madrugadas;
que colmen tu dieta
frutas y ensaladas,
no hagas comilonas
que son muy insanas,
no abuses de dulces
ni de carnes grasas,
mira cómo sufro
cuando estás de baja,
porque tú lo has dicho:
Sin ti no soy nada.

Mira al Presidente
cómo se relaja
si estás a su lado
sentado en la Cámara,
y cómo te ríe
tus golpes de labia,
y estaba intranquilo
cuando tú no estabas;
no lo dejes solo
ante esa manada
de lobos hambrientos
que ayer lo acosaban
pidiendo elecciones,
pero anticipadas,
porque las encuestas
tormentas presagian
y dan a Mariano
muy clara ventaja.
Pobre Zapatero,
¿por qué lo maltratan?
¿Es sólo él culpable
de esta fantasmada?
Sois todos vosotros,
Pérez Rubalcaba,
es toda la gente
que ríe sus gracias,
hasta que Dios quiera
o hasta que se vaya,
porque este fulano,
Alfredo del alma,
contigo no es nadie,
y sin ti, no es nada.

LdP