Dios me libre de perder un minuto viendo ese tipo de programas, pero parece ser que La Caja es una especie de putiferio donde las pedorras (y los pedorros, seamos igualitarios), van a hacer como una confesión pública a cambio, supongo, de un sabroso estipendio.
Pues bien, parece que en un programa reciente, Ana Obregón confesó haber pasado una casta noche con David Beckham, abrazados y en ropa interior, pero sin que hubiere nada más, porque claro, David estaba casado.
Si esto fuera un drama en verso, Anita hubiera dicho más o menos lo que sigue.
Como a todas, me gusta el solomillo
y en asuntos de cama y despelote,
yo me suelo arrimar a algún machote
y al primer revolcón, me lo cepillo.
Pero si es con David, no es tan sencillo,
si es rumbosa la línea de mi escote,
se encanta y se me queda pasmarote
mirándome, embobado, el canalillo.
Les juro por mi honor, aquí en La Caja
que si no me traiciona la memoria,
no llegué a desprenderme de la faja,
y es difícil la práctica amatoria
estorbada con tanta zarandaja
y volando el recuerdo de Victoria.
LdP
La poesía satírica siempre ha sido una de mis aficiones. Componerla y compartirla siempre me ha causado satisfacción y felicidad si he arrancado una sonrisa de quien me ha leído. La ironía, el sarcasmo, la sátira son armas de doble filo que pueden fácilmente volverse contra quien las utiliza. También pueden ser motivo de enojo para la persona satirizada. No es esa mi intención. No pretendo que esto vaya más allá que una crítica ácida a veces, pero inofensiva. Pero crítica al fin y al cabo.
1 comentario:
Ana García Obregón,
habrá quien la llame mema,
calienta, pero no quema
cual cierta calefacción
decía en televisión;
pues, ciertamente, prolija,
por respetar la sortija
en el dedo del galán
es la acción de “mojar pan”,
no involucrando a “la pija”.
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