por práctica incompetente
de un carnicero imprudente
en un aborto abortado.
Bendito sea el resultado,
mas se habrá de indemnizar
al infante, y sufragar
su educación y sustento
hasta el total crecimiento,
por no saberlo matar.
LdP
La poesía satírica siempre ha sido una de mis aficiones. Componerla y compartirla siempre me ha causado satisfacción y felicidad si he arrancado una sonrisa de quien me ha leído. La ironía, el sarcasmo, la sátira son armas de doble filo que pueden fácilmente volverse contra quien las utiliza. También pueden ser motivo de enojo para la persona satirizada. No es esa mi intención. No pretendo que esto vaya más allá que una crítica ácida a veces, pero inofensiva. Pero crítica al fin y al cabo.
3 comentarios:
Sentencia injusta e inmunda,
ciertamente, abominable,
la que este juez reprobable
da, de forma tan rotunda
y como el ejemplo cunda
ser médico y ejercer
atendiendo a una mujer
será cuestión arriesgada,
si al hijo de la chingada
lo tiene que mantener.
Mas no quiero divagar,
lo que dicta la moral,
lo justo, lo principal
es que a ese juez lo hay que ahorcar.
Corrijo y anulo mi anterior comentario dejando éste en su lugar:
A la mamá y al doctor,
por brutos, yo les haría
una buena auditoría
buscando restos de amor
entre tanta cobardía
mas... si en vez de amor tuvieran
desprecio a la vida humana,
-por considerarla vana-,
dejaría que sufrieran
el beso de la picana.
Un abrazo y... el juez sabrá.
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