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Trampeaban en el mar de las Antillas,
corsarios, bucaneros y piratas,
abordando veleros y fragatas
y esquilmando con saña las flotillas.
A inocentes sacaban higadillas
infundiendo pavor con sus bravatas,
y con menos prejuicios que las ratas
sembraban el terror sus cabecillas.
Otros tipos de aquella catadura
ahora imponen su ley con dictadura
y estrenan una práctica abusiva,
con engaño y con toda caradura,
si es de mayo o de junio la factura,
le aplican con rigor el nuevo IVA.
LdP
5 comentarios:
¡Plas, plas, plas! Un ruido de aplausos sonó en el cielo y reventó las troneras del Olimpo.
Un abrazo D. Love y... enhorabuena por este soneto.
Muchas gracias, D. Javier, usted ya sabe cómo se valoran aquí sus críticas y mucho más si son tan elogiosas como ésta. Por cierto, ¿le gustó el que le dediqué (a usted y a Tannhäuser) en la entrada del pasado día 25? Un abrazo.
Ciertamente me había pasado desapercibido. Nada que ver con éste, además, a mí lo del futbol me la trae al pairo desde que, cuando niño, mis amigos decidieron que yo no debía jugar porque era ducho en patear canillas.
Un abrazo y... gracias por la dedicatoria aunque con el soneto haya querido matar dos pájaros de un tiro. :)
La desventaja es que a éstos no podemos colgarlos de una gavia como a aquellos.
Sí, Don Javier, pero qué par de pájaros.
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