La poesía satírica siempre ha sido una de mis aficiones. Componerla y compartirla siempre me ha causado satisfacción y felicidad si he arrancado una sonrisa de quien me ha leído. La ironía, el sarcasmo, la sátira son armas de doble filo que pueden fácilmente volverse contra quien las utiliza. También pueden ser motivo de enojo para la persona satirizada. No es esa mi intención. No pretendo que esto vaya más allá que una crítica ácida a veces, pero inofensiva. Pero crítica al fin y al cabo.
Los consejos de mis amigos Tannhäuser y Monsieur de Sans Foy han llegado tarde y no me han ayudado. Voy a probar con una tonelada de bicarbonato.
Me llamarán abusón, pero con hambre de hiena, tanto arañé en la alacena que me ha dado un achuchón, porque tan grande atracón me metí en la Nochebuena con la excusa de la cena, que no hay caldo o resopón ni dolor de contrición que me alivie esta gangrena.
Para felicitar la Navidad a todos los que de vez en cuando os dejáis caer por aquí, os ofrezco esta versión de Enya de uno de mis villancicos preferidos.
QUE EL NIÑO JESÚS OS COLME DE BIENES A VOSOTROS Y A VUESTRA FAMILIA Y OS PROCURE UNA FELIZ NAVIDAD.
Al Presidente Del Nido, por maleta y azacán, y hacerle el juego a Julián, en renuncio lo han cogido, y su desliz, ¿cuál ha sido?, ¿cuál su pecado somero?, ¿por qué ha de pasar, inquiero, varios años en la trena? No sé, pero es poca pena por ponerse este sombrero.
Sin pretender condenar a quien todavía no ha sido ni imputado, se me ocurren algunas preguntas muy delicadas que pueden arrojar cierta luz sobre por dónde van los tiros en el llamado caso Urdangarín. Si, como es de suponer, la Casa Real debe tener información privilegiada sobre el asunto, ¿por qué se ha suprimido al esposo de la Infanta Cristina de los actos oficiales?, y, lo que es peor, ¿por qué al Jefe de la Casa del Rey no le parece su comportamiento muy ejemplar? El asunto no pinta bien si además, parece que ha obligado al Rey a publicar sus cuentas, en lo que parece una huida hacia adelante. ¿Mala suerte con los yernos, Majestad?
Te ha borrado de un plumazo quien ostenta la corona, sospechan de tu persona que has dado algún pelotazo, por parar mezquino el cazo te han pillado el maletín y ahora estás en un jardín por pretender hacer caja con descaro y con ventaja, yernísimo Urdangarín.
En cuestión de mujeres, Charlize Theron es una de mis debilidades. Siento por ella, desde hace años, una especie de amor platónico que mi mujer me perdona porque se parece a ella. Ahora me entero de que para rodar atrevidas escenas de contenido sexual utiliza el alcohol como desinhibidor. ¿No es entrañable? No obstante, por lo que parece, debe de haber abusado de esta práctica, pues en la foto de más abajo, claramente está con el mono.
Soy tan sumisa y moral, tan recatada y decente que hacer de mujer ardiente me da un terror colosal; si hago una toma sexual, y en la escena me acojono primero me pongo a tono y ruedo mansa y tranquila con dos vasos de tequila y un litro de anís del mono.
Pues parece que en Viena han abierto una escuela para enseñar las artes amatorias y como la noticia dice que se impartirán clases especialmente prácticas, yo me imagino que en ellas habrá que corregir los deberes sobre la tarima ante el profesor/a y el resto de la clase.
Esta escuela me sube la autoestima, asisto con mi bella dulcinea que dispuesta me ayuda en la tarea si subo a corregirla a la tarima.
Lo cual no es necedad ni pantomima, que hacer bien los deberes es la idea, porque hay un profesor que se cabrea si hay alguien que se inhibe y no se arrima.
Recuerdo a una mocita escultural con un galán grosero y chabacano, huérfano de elegancia y de moral,
pero que disfrutó como un enano, llegando a ser experto aquel chaval en el arte de bien meter la mano.
