Hace muy poco tiempo, en un suplemento dominical de El País, se publicó la foto de un hábil fotógrafo de prensa que había captado la imagen de la ministra de hacienda María Jesús Montero en el Congreso mientras, de pie en las escaleras y algo inclinada junto a la otra ministra Celaá, parecía atender a una réplica de Pablo Casado. A cierto afamado escritor-periodista de esos que usan rodilleras y tienen dolor crónico de lumbares de las veces que se inclinan ante ciertos representantes del poder, le llamó la atención la expresión de la ministra y la comentó metiendo en la argumentación hasta consideraciones filosóficas. No desaprovechó la ocasión de insultar al jefe de la oposición tildando de lloriqueos los argumentos que esgrimía Casado.
Como me imagino que este preclaro intelectual no va a comentar esta imagen de Adriana Lastra, pues voy a hacerlo yo a mi manera, aunque, bien mirado, se comenta sola. En cuanto a los ripios que le dedico a esta ilustrada señora, son una décima y una quintilla aliteradas. Sirva esta última como el estrambote de la primera.
Como tengo tan buen pico
en la tribuna destaco,
trabajando me machaco
y es mucho lo que practico.
La vida no me complico
ni el futuro me hipoteco
y con un cráneo tan hueco
no me espanto ni sofoco
pues si acaso me equivoco
no la cago, la defeco.
A veces grito y ataco
poniendo cara de loco,
y si a algún facha bellaco
le asusta el hombre del saco
le grito: ¡Que viene el coco!
LdP
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