martes, 20 de julio de 2010

EL EPITAFIO

Aunque con un poco de retraso, hablo en esta entrada del debate del estado de la nación de la semana pasada como me pidió mi amigo Fernan. Pido perdón por el retraso, pero es que el pasado fin de semana he tenido un corto pero intenso viaje. Es un poco largo el romance, pero espero que os guste. Va por ti Fernan y ni se te ocurra decir en qué fuente pública se va a bañar la Carbonero, que eso queda entre tú y yo.



Después de muchos achaques,
molestias y sufrimientos,
de trastornos, infecciones,
dolencias y otros eventos
decidieron reunirse
para tratar al enfermo.
Nunca vióse tanta alarma
de médicas y de médicos,
contagiáronse de afán,
de atenciones y de empeño
por devolver la salud
a tan maltratado cuerpo.
Era el doctor principal
don Rodríguez Zapatero
que ya llevaba seis años
con gran cuidado y esmero
como jefe y encargado
de la salud del enfermo.
Salió a orar en la tribuna
con los aires de un experto
y participó el dictamen
que él creía más certero,
pero este galeno insigne,
es bastante chapucero
porque sólo hace dos años
cuando el susodicho enfermo
ya padecía algún síntoma
y se sentía indispuesto,
él miró para otro lado
ignorando a otros galenos
que con más ojo veían
en la fiebre y los mareos
que algo no marchaba bien
en aquel sufrido cuerpo.
¡Oh, qué gran ineptitud
la del doctor Zapatero
que no quiso en un principio
aplicar ningún remedio
cuando ciertas opiniones
aconsejaban hacerlo!
Tamaña incapacidad
la de este torpe galeno
que le hablaba de salud
y él estaba medio muerto
y se ganó su confianza
ha dos años, más o menos,
cuando se pudo poner
en las manos de otro médico.
La doctora de la Vega
que tiene el mismo criterio
y la doctora Salgado
que la llamó Zapatero
por ser gran especialista
en los males del enfermo,
son también doctoras torpes
que no dicen nada nuevo
y que dóciles aplauden
lo que dice el chapucero.
Otros doctores hablaron
de la salud del enfermo,
sobre la misma tribuna
hicieron su parlamento,
uno fue el doctor Rajoy,
que es un médico gallego
que rechaza y abomina
la terapia Zapatero
y lo considera inútil,
tosco, rudo, tonto y necio,
manazas, impresentable,
desastroso e imperfecto
porque comenzara tarde
a administrarle remedios
y no bastan aspirinas
para problemas tan serios
que el enfermo está en la UVI
y bien cerca del deceso.
Y hablaron otros doctores
que su opinión expusieron
y ninguna coincidía
con la del torpe mastuerzo
que es único responsable
de tan nefasto siniestro.
Doctores nacionalistas
también su opinión dijeron
aunque quieran amputarse
de una parte del enfermo.
El paciente mientras tanto,
con paciencia y decaimiento
escuchaba a los que eran
las causas de sus tormentos
y con los ojos decía
con miedo y desasosiego:
-Mientras ustedes discuten,
sólo yo me estoy muriendo.

LdP


1 comentario:

Tannhäuser dijo...

José Luis Rodríguez Brey
Mariano “Zapo” Rajoy
son los dos tontos que hoy
apacientan a la grey.
Ya no es necesario el rey
ni su proceder menguado
para que todo el ganado
obedezca dócilmente,
sin pensar y servilmente
el plan que les han trazado.

¿Qué mezclé los apellidos?
al nombrar a esos cretinos?,
hay mayores desatinos
que confundir los validos,
pues siendo tan fementidos
resultan tal para cual;
uno ya lo ha hecho muy mal
el otro, aún no ha podido
pero se ha comprometido
a ser del mismo percal.