El otro día fue la sangría y ahora son los churros. Y parece que el autor del artículo vive en España. Se me ha vuelto a despertar el lado patriótico.
Otra vez al orgullo yo recurro,
aunque es cierto que casi ya me aburre
contestar a un teutón porque discurre,
en la prensa alemana, como un burro.
No sé de dónde saca, el muy cazurro,
los zafios argumentos en que incurre
y habrá quien, con razón, quizá le zurre
si sigue arremetiendo contra el churro.
Por menos se ha empezado alguna guerra,
no insista el tontorrón, ni arme camorra
con grosera actitud, falsa y gamberra.
Si con salchichas Frankfurt se atiborra,
parece, que aunque viva en nuestra tierra,
no ha probado el jamón, ni la chistorra.
LdP
La poesía satírica siempre ha sido una de mis aficiones. Componerla y compartirla siempre me ha causado satisfacción y felicidad si he arrancado una sonrisa de quien me ha leído. La ironía, el sarcasmo, la sátira son armas de doble filo que pueden fácilmente volverse contra quien las utiliza. También pueden ser motivo de enojo para la persona satirizada. No es esa mi intención. No pretendo que esto vaya más allá que una crítica ácida a veces, pero inofensiva. Pero crítica al fin y al cabo.
5 comentarios:
¡Sin punto de comparación, amigo Love! Siempre sabrá mejor un churro español, mojado en cerveza alemana, que una salchicha alemana, mojada en chocolate a la española.
Magnífico su soneto D. Love, aunque me hace la puñeta por dos razones, primera, porque la entrada que pondré esta noche, va de lo mismo, aunque yo ataco al teutón con décimas y segunda, porque me ha puesto usted el listón muy alto.
Envidia de diabético, sin duda.
Perdonémosle que no sabe lo que dice.
Tío Chinto, muy buena esa apreciación del churro-cerveza y salchicha-chocolate, además, poniendo las cosas en su sitio, churro-chocolate y salchicha-cerveza, no hay color.
Lo siento, amigo Tann, por haberle chafado el tema. Pero yo alguna vez también he seguido su estela, como en el caso reciente de la corte del faraón. Por cierto, que me cuenta el amigo Old Nick, que ayer me leyeron ese soneto en el programa Sin complejos. Lástima que yo no lo pude oir.
Merce, algo deben de tener los alemanes contra nosotros después del asunto del pepino y ahora con los churros. A lo mejor es eso, envidia.
D. Love:
No me ha chafado usted nada, ¡faltaría más!.
He estado pensando acerca de que de vez en cuando dos o más vates abordemos el mismo tema y he llegado a la conclusión de que se debe a la escasez de noticias risibles.
De no haber estado de vacaciones el amigo Intermitente, creo que los "tres mosqueteros" habríamos estoqueado al mismo malandrín, por ser el asunto de los churros la única noticia pitorreable del día.
De todas formas a mi ésto me divierte, pues es como en los concursos del mesié que con los mismos elementos, cada uno hace un poema distinto de cualquier otro y además, abofeteamos a nuestras víctimas en estereo, de modo que no se escapan.
Saludo gordo.
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