EL ARTE DE CRUZAR LAS PIERNAS
Profundizando sobre la polémica de ayer sobre la postura de las piernas de la ministra Chacón, el diario El País ha intentado enseñar en siete pasos a colocar las piernas como Doña Carme, para lo cual ha utilizado a una redactora con la misma pose. La cosa tiene un poco de trampa y quizá esto tenga más manipulación que la misma foto original, porque la redactora es más joven, más guapa y, sobre todo, tiene las piernas más largas que la ministra. Así cualquiera. Pero, ¿qué ocurre si no tienes las piernas tan largas o, sencillamente, eres un hombre? Reclamo instrucciones y que se cumpla la ley de paridad.
Eres, Carme Chacón, de las modernas,
que con gran sensatez y compostura
se manejan muy bien en la angostura
y saben orientar muy bien las piernas.
Me puedo imaginar, si un día gobiernas
cómo vas a educar, desde la altura,
mostrando tu elegancia en la postura
a ministras y empleadas subalternas.
Mas ver en posición a una becaria,
parece decisión bien arbitraria
de quien quiere, sin duda, dar la nota.
Apuesta de El País estrafalaria,
seguro que en El Mundo, antes que un paria,
lo haría, sin dudarlo, Pedro Jota.
LdP
3 comentarios:
Como Pirata Señera,
Muestra Todos los Dientes
y las Muelas Sonrientes,
de Su Vacía Calavera.
Y Como en Su Estandarte,
Con Picaras Risillas
Y una Pizca de Arte,
Entrecruza Pantorrillas.
De Donde se Deduce,
Que Cual Pirata Luce
Calavera Vacía y Sonriente
Con las TIBIAS CUZADAS,
¡Menudas Capulladas
Para Entontecer Gente!
Saludos y Aplausos Amigo Love.
Un Brindis
y
¡¡RIAU RIAU!!
Jajajajaja, ¡ya lo creo que lo haría Pedro Jota!.
Y abundando en el tema tratado:
Si a presidenta se aupara
esta ministra chusquera,
cuando el pernil descruzara
a mí no me sorprendiera
que el coño se lo tapara
un tanga con la senyera.
Discurso perspicaz si no divagas
Carme Chacón, tú, sueles manejar,
mas con las piernas la sueles liar
de tal manera que se ven las bragas…
Y no es muy bueno que tal cosa hagas
por eso en El País en retocar
la foto en Photoshop y sin parar
becarios han pasado horas aciagas.
E hinchándote el muslamen por abajo
desmontan semejante atrevimiento
cambiándote tu pose natural,
que efecto raro y antinatural
produce el burdo post-retocamiento
por tapar lo que enseñas allí abajo.
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