¿En qué se diferencia esto que ha pasado en Avilés con la censura? No lo sé pero me da la impresión que de alguna manera se tienen que justificar ciertos cargos públicos actuales y el sueldo que llevan implícito.
No me saquen carteles con escote,
ni rubias cerveceras alemanas,
no provoquen, por Dios, a las Bibianas
que se enfadan y montan un pitote.
No retraten tampoco algún machote
con cachas o maneras caucasianas,
o verán como algún cantamañanas
protesta argumentando despelote.
El origen de todo viene a ser
que alguna concejal de la mujer
le da por prohibir lo que prohíbe,
el caso es protestar por protestar,
cómo si no, podrá justificar
el sueldo del erario que percibe.
LdP
La poesía satírica siempre ha sido una de mis aficiones. Componerla y compartirla siempre me ha causado satisfacción y felicidad si he arrancado una sonrisa de quien me ha leído. La ironía, el sarcasmo, la sátira son armas de doble filo que pueden fácilmente volverse contra quien las utiliza. También pueden ser motivo de enojo para la persona satirizada. No es esa mi intención. No pretendo que esto vaya más allá que una crítica ácida a veces, pero inofensiva. Pero crítica al fin y al cabo.
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