sábado, 2 de abril de 2011

¿Y EL BOTIJO QUÉ?

La lectura de este titular me hirió el amor propio hispano (porque entre la rueda y el móvil debería figurar el botijo como un gran invento de la humanidad) y me recordó este soneto que aparece en la zarzuela Agua, azucarillos y aguardiente, cuyo libreto escribió Miguel Ramos Carrión. En realidad el soneto no tiene nada que ver con la trama de la zarzuela, pero el libreto exige que durante un cambio de decorado, caiga un telón y junto a una pintura alegórica al botijo, se pueda leer este soneto. La música de esta zarzuela, estrenada en Madrid en 1.897, es del gran Federico Chueca.


Desprecio del Japón o de la China
el grandioso tibor de porcelana,
el vaso etrusco, el ánfora romana
y la tinaja griega o damasquina.


Te canto a ti, que el agua cristalina
sabes frigorizar sin pompa vana,
expuesto en el balcón o en la ventana
a los besos del aura vespertina.


Cuando mi boca en ti, bello cacharro,
busca ardorosa el abundante chorro
y con mis manos cálidas te agarro,


siempre encuentro, propicio a mi socorro,
el caudal que refrescas en tu barro
y que brota sutil por tu pitorro.

4 comentarios:

Tannhäuser dijo...

Magnífico soneto, no lo conocía. Además, hace usted muy bien en promocionar el único invento genuinamente español.

Gulliver dijo...

No se olvide de la fregona, apreciado Tannhäuser.

Estupendo el soneto, yo tampoco lo conocía.

Un saludo

Neus dijo...

Sirve también para los refranes, en este caso:
De tal madre, tal hija,
siempre salen los tiestos
a la botija.

Tannhäuser dijo...

Me acabo de acordar de un cartelito muy gracioso que un comerciante puso en su tienda de cacharros de barro, Junto a los botijos, cuando comenzó el turismo, en los sesenta:

"typical spanish industries botijo, for fresh water".