Este soneto es respuesta al comentario de Don Javier en el anterior post.
Reciba, Don Javier, mi enhorabuena,
mi razón el elogio no escatima,
pero, cauta, su conseja desestima
de lanzarle el anzuelo a una sirena.
No es difícil hallarlas en la arena
expuestas bajo el sol y la calima,
pero siempre, celosa, tengo encima
a mi santa, dispuesta con la antena.
Y temo que si enfado a mi contraria,
me veré en privación inmobiliaria
a la puerta de casa y sin maleta,
o cliente muy precoz de funeraria
si le lanzo un pellizco a la becaria
y le da por armarse de escopeta.
Porque tiene muy corta la paciencia,
muy normal en las hembras de Valencia.
LdP
La poesía satírica siempre ha sido una de mis aficiones. Componerla y compartirla siempre me ha causado satisfacción y felicidad si he arrancado una sonrisa de quien me ha leído. La ironía, el sarcasmo, la sátira son armas de doble filo que pueden fácilmente volverse contra quien las utiliza. También pueden ser motivo de enojo para la persona satirizada. No es esa mi intención. No pretendo que esto vaya más allá que una crítica ácida a veces, pero inofensiva. Pero crítica al fin y al cabo.
2 comentarios:
Las canans y el peinado me recuerdan al traje típico valenciano, aunque, yo diría que la mujer de la foto es típicamente española.
Un abrazo.
Estimado Lope, supongo que tu santa esposa no tendrá la costrumbre de leer todas las entradas que usted realiza, ya que de lo contrario vaya preparando la Samsonite.
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