jueves, 26 de enero de 2012

EL OFICIO DE LETIZIA

Durante una recepción al Cuerpo Diplomático, un representante congoleño ha retirado la mano a la Princesa de Asturias cuando ésta iba a saludarlo, quedándose Letizia bastante "chafada" según se aprecia por la expresión de su cara. La embajada del Congo ha excusado al diplomático arguyendo "un malentendido con el idioma". Verdad o no, hay que saber a veces aguantar el tipo ante desaires como éste y en ocasiones morderse la lengua. Son cosas que pasan en el oficio de Letizia.


Todo ha sido al final una impericia
de un lerdo poco diestro en diplomacia,
su afrenta, su desprecio y contumacia
no pasa de un desaire sin malicia.


La cara de sorpresa de Letizia
denota descorcierto y suspicacia,
siendo ella tan discreta y tan reacia
a ser el corazón de la noticia.


Allí, donde las cosas van despacio,
a veces, el deber es sacrificio
en las estrictas normas de palacio.


Pensad, que en vuestro cargo vitalicio
no todos los cristales son topacio.
¡Qué crueles son los gajes del oficio!


LdP

6 comentarios:

Tannhäuser dijo...

Muy buen soneto D. Love, pero yo creo que el sucedido es exponente claro de lo que pesamos en el mundo; ya hasta los negros del congo nos toman por el pito del sereno.

El embajador del Congo
exclamó ¡viva la pepa!,
el saludo quito y pongo
ante la faz de esta trepa
porque es princesa de tongo.

Tannhäuser dijo...

Por cierto que anoche con las prisas por irme a encamar, como las liebres, se me olvidó felicitarle por su ingenioso y tronchante uso de las rimas en icia acia acio icio que adquieren una musicalidad cómica sensacional.

iMpERtiNENtE iNtERMitENtE dijo...

Me sumo a la felicitación de Tann, digno del mejor Muñoz-Seca. He escrito un artículo en mi casa mencionando el suceso y aquí le cuelgo el soneto compuesto en él:

Saltó en la recepción la gran noticia
que causa un malestar profundo y hondo
y llena de pesar, con un trasfondo
de asombro a la pobre doña Letizia,

A la princesa, con o sin malicia,
el negro, congoleño, Oscar Matondo
metiendo bien la pata, a lo más hondo,
no quiso dar la mano, qué impericia…

La inconveniencia tanto ha cabreado
que algunos rumorean, los cabritos,
que una dulce venganza haya ideado;

y en puro desagravio a sus delitos
los Ferrero Rocher, los ha quitado
y ha puesto una bolsita de conguitos.


Un saludo.

Old Nick dijo...

¡JUajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajua!
Y
¡Plasplasplasplasplasplasplasplasplas!
Amigo Love,Excelente.
¿por Qué os Hacéis Tan Caro de Ver, Ultimamente? Se os Echa de Menos.
Como no POdía Ser Menos, Yo También TRaigo una Estrofilla en Vinagre de las Mías Para Este Piscolabis entre Amigos.
Ahí Queda.


Ya Es La Segunda Falta al Protocolo,
que los Bandarras de por Ahí Fuera
le hacen a la Leti, "La HEREDERA",
Primero un Inca y Ahora un CONGOLO.
Lo de POner en Plato los Conguitos,
No es Detalle Con Tales Cabritos
Que en la Selva o las Cumbres
Sean Indios, Islamos o Negritos, No Suelen Elegirlos por "Sus LUMBRES"
Que Apenas Hablan por Ser Muy Cortitos.

Y a la Vista de sus Cortas Tallas
¿Temen Oir el"¿Por qué No Te Callas?"

Un Cordial Saludo. Un Brindis
y
¡¡RIAU RIAU!!

Love de Pega dijo...

Muchas gracias a los tres por los comentarios.

Tann:
Respecto a lo de las rimas, en este caso, no era difícil de ver. Letizia, diplomacia, palacio, eran palabras que el mismo tema sugería y a partir de ahí, pues a trabajar.

Inter:
Usted siempre tan profuso en los piropos. Lo de Muñoz-Seca, se lo agradezco especialmente, pero es excesivo. Además, fíjese qué curioso, hemos utilizado ambos, aunque en distinto orden, las mismas rimas en los cuartetos: Letizia, noticia, malicia e impericia. Sepan todos que ha sido casualidad, que nadie piense contubernio. Muy bueno lo de los conguitos.

Old:
A veces son las circunstancias, de trabajo o personales, las que no nos permiten ser más abundantes en las entregas. Haremos lo que se pueda.

El Fugitivo dijo...

Love de Pega, me ha gustado su soneto, por el ritmo y lo rimado. Aunque esas excusas no las creo ni admito.

Me avisa el amigo Old Nick, pues yo también he puesto un sonetazo en mi desván del fugitivo. Pero en vez de hablar de el "conguito", me centro en el iranio, que ha pasado desapercibido.

Me suscribo a su sitio, y al mío humildemente le invito.

El suyo servidor fugitivo.