Pues parece que en Valencia, vender sin licencia por la calle, aunque sea para poder subsistir, cuesta 1.500 euros. Que le pregunten a Juan Rodergo.
En esta entrada he intentado versificar su declaración, añadiendo alguna impresión final de mi cosecha.
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Cada día salgo al monte
a recoger lo que puedo,
venciendo al frío y al miedo
para vivir sin robar,
si me quitan mis espárragos
y también los caracoles,
y no quiero robar coles,
¿cómo me voy a apañar?
Si por la fiesta de Fallas,
ahora que hay gente en la calle
puedo vender al detalle
o en un restaurante o bar,
si quiero seguir comiendo
y me encuentro en un aprieto,
¿qué gran pecado cometo?,
¿he de ponerme a robar?
Si no ocurre algún milagro
o la razón no me indulta,
no podré pagar la multa
si no tengo liquidez,
pues vivo de lo que puedo
arrancarle a la montaña,
¡qué mal lo tiene en España
quien se aferra a su honradez!
LdP
5 comentarios:
D. Love: Dice usted en su composición de hoy:
¡qué mal lo tiene en España
quien presume de honradez!
Yo creo que quien presume de honradez lo tiene muy bien y si no, fíjese en Bono y otros conmilitones de su cuerda. Este señor (el que nos trae en sus versos) no presume de honradez, simplemente es honrado, por eso yo, si me lo permite, le propondría poner en lugar de “quien presume de honradez”, “quien se aferra a su honradez”.
Un abrazo y… pido disculpas si me metí en camisas de once varas.
Si tienes amistades coronadas, como ciertos primos con gabardina, te prescriben los delitos y te vas de rositas.
Tiene razón Don Javier, como casi siempre, y voy a hacerle caso, porque no es lo mismo presumir de honrado que serlo y usted lo ilustra con algún ejemplo de entre los muchos que se podrían aludir. Muchas gracias por su justa puntualización.
Y digo yo don Love,
que me solazo con sus versos
que me alegran e inspiran
que le he cogido la noticia
de prestado y con referencia
que siendo poco es mucho,
y usted por méritos propios
debería ser no Don Love
sino Don Lope de Vega.
Cuentan de un tipo que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de espárragos, que vendía.
Se le acercó un policía
y viéndole, le multó
y "la hierba" se incautó,
al pobre pobre, dejando,
en rinconcito, temblando
(la madre que lo parió…).
Estimado funcionario,
mi dilecto policía:
¿Qué mal, tan grave, te hacía,
el amateur "herbolario"?,
¿Qué no había perdulario,
maleante, atracador,
o corrupto saqueador
con quien ganar el jornal,
que te parece normal
el joder a este señor?
Ya que no tienes trabajo…
con lo que te has incautado
hazte un frito del carajo…
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