
Cuando ya de dos mil diez
quedan minutos escasos,
olvidemos sus fracasos
con jactancia y altivez
-evitemos la embriaguez
que pueda causarnos daño-
y al conocido o extraño
con abrazo y besuqueo,
de corazón le deseo
¡Feliz entrada de Año...
2011!
La poesía satírica siempre ha sido una de mis aficiones. Componerla y compartirla siempre me ha causado satisfacción y felicidad si he arrancado una sonrisa de quien me ha leído. La ironía, el sarcasmo, la sátira son armas de doble filo que pueden fácilmente volverse contra quien las utiliza. También pueden ser motivo de enojo para la persona satirizada. No es esa mi intención. No pretendo que esto vaya más allá que una crítica ácida a veces, pero inofensiva. Pero crítica al fin y al cabo.
De las bromas de La Secta,
la audiencia está estupefacta,
pues encuentra putrefacta
a esa cosa tan infecta,
el público desconecta
y Andreu lucha en el conflicto
de captar al teleadicto;
pues yo más ya no pernocto
por ver a un payaso indocto
meterse con Benedicto.
LdP