Llegar a la eurocámara, fichar y antes de media hora subirse en un avión para regresar a casita. Será muy legal, pero también evidencia una cara durísima de quien lo hace. Y esta señora es nieta de Ramón Rubial. Lo llevan en la sangre.
Me voy al curro y paso la tarjeta
y dejo en el despacho algún señuelo,
que algún idiota habrá que haga el canelo
para cobrar el viernes la dieta.
Conviene ser audaz y echarle jeta,
que si hay algún retraso, pierdo el vuelo,
mas pronto volveré, porque yo anhelo
poder seguir chupando de la teta.
No sé que es lo que quiere aquella inglesa,
que con toda intención, torpe y aviesa,
me quiere hacer pasar por absentista.
Pierde el tiempo, señora diputada,
de haber querido ser casta y honrada
no estaría en la esfera socialista.
LdP
La poesía satírica siempre ha sido una de mis aficiones. Componerla y compartirla siempre me ha causado satisfacción y felicidad si he arrancado una sonrisa de quien me ha leído. La ironía, el sarcasmo, la sátira son armas de doble filo que pueden fácilmente volverse contra quien las utiliza. También pueden ser motivo de enojo para la persona satirizada. No es esa mi intención. No pretendo que esto vaya más allá que una crítica ácida a veces, pero inofensiva. Pero crítica al fin y al cabo.
1 comentario:
Los hay que siguen la dieta
pretendiendo adelgazar
pero otros, para medrar,
quieren succionar la teta
y se apuntan la receta
de cobrar sin dar un palo
y es que si el cargo es regalo
del que infame, te aprovechas,
seas de izquierdas o derechas,
mereces un varapalo.
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